El origen de las patentes.
Alguna vez te has preguntado ¿cuándo comenzó la propiedad industrial?
O ¿crees que es algo muy nuevo que recién se inventaron los países para hacer negocio?
Hoy vamos a hablar de los inicios de la propiedad industrial. 
Todo comenzó en en el siglo XII en la entonces República de Venecia.
A la fecha Venecia es muy famosa por sus productos de vidrio. Ellos le dieron gran importancia a esta actividad.
El senado de Venecia creó reglas de fabricación del vidrio en Venecia, para lograr mantener la reputación de su producto a nivel internacional.
Lo más importante para ellos era conservar el conocimiento de cómo hacer vidrio como un secreto profesional interno, exclusivo de los venecianos, por lo que en 1177 promulgaron una legislación donde daban el derecho exclusivo a los gremios de Venecia para poder practicar ese oficio, al cual podías acceder SOLO si eras hombre.
Por lo que las mujeres y los extranjeros quedaban excluidos de ese beneficio.
Pero el tener este beneficio determinaba tu status social, dónde tenías derecho a vivir, con quién podías casarte y si podías viajar al extranjero. Como ves para esa época eran muy buenos los beneficios.
En el siglo XIII quisieron reforzar esa protección, pero también querían traer nuevas técnicas de inventores de fuera de Venecia. Por ello, el senado comenzó a emitir licencias para que los inventores extranjeros pudieran beneficiar a su actividad, y se pudieran practicar habilidades que no se conocían en Venecia, que sólo los gremios conocían; el tener esa licencia NO los hacía parte del gremio pero tampoco les impedía a los extranjeros poder copiarlos.
Así es como se le reconoce a Venecia como la responsable del origen de la protección de patentes.
La primer patente de que se tiene conocimiento fue en 1416 y está se otorgó por un término de 50 años a un extranjero, por un dispositivo que podía transformar la lana en fieltro.
A pesar de que la protección de patentes no jugó un papel muy importante en el desarrollo de la tecnología de la fabricación de vidrio de Venecia, resultó fundamental para revelar este arte a otros países de Europa.
Debido a que los maestros de la fabricación de vidrio comenzaron a escapar del control de la República, vendiendo sus conocimientos y habilidades a otras ciudades, y el senado comienza a ver la piratería en otros países, es cuando deciden en 1291, establecer una ley que decía que todos los hornos que se usaban para las actividades de fabricación de vidrio debían ser trasladados fuera de la ciudad y reubicados en Murano, una pequeña isla en la laguna veneciana al norte de la ciudad.
La razón oficial fue que querían proteger Venecia de un incendio, pero la verdad es que con esto lograron asegurar que la República tuviera el control total de la tecnología de fabricación de vidrio.
Y así poder tener escondidos a los grandes maestros del vidrio y nadie pudiera copiarles.
El resultado fue la aparición de una innovación notable en este campo.
Ser vidriero en Venecia te daba un mejor status social y mejor bienestar económico, tenían gran demanda y eran bien remunerados por sus servicios; a sus hijas se les permitía casarse con las familias venecianas más ricas y nobles. Sin embargo en 1295 el costo por estos beneficios fue mayor, cuando la República Veneciana (que quería tener el control absoluto sobre sus secretos de la vidriería) decidió prohibir a los vidrieros salir de la República.
Las sanciones para quienes desobedecieran iban desde el destierro, la prohibición de trabajar en Venecia, y en algunos casos hasta la muerte.
En el siglo XV se descubrió el proceso para hacer cristal y los vidrieros venecianos lo usaron para fabricar espejos.
Ello que ocasionó que otros países Europeos comenzaran a espiar a Venecia para copiar sus métodos de producción.
Venecia en esa época descubrió muchas nuevas técnicas para el vidrio, lo que la hizo famosa y exclusiva.
Pero esa exclusividad disminuyó en el siglo XVII cuando aparecen sus competidores en Bohemia, Inglaterra y Francia.
Y fue peor aún cuando Napoleón invade Venecia en 1797 y desintegró a los gremios vidrieros.
Cuando esto ocurre, los vidrieros comienzan a migrar de Venecia y a reubicarse en otras zonas más prometedoras en Europa.
Pero si algo aprendieron bien de Venecia, fue la importancia y los beneficios de tener la exclusividad de su trabajo, lo cual los ayudó a crecer y lograr desenvolverse en otros países, donde a su vez crearon nuevas patentes.
Gracias a este sistema de patentes de Venecia, esta forma de protección se esparció por toda Europa, de Europa llegó a Inglaterra, y de ahí a Estados Unidos y al resto del mundo.
Es gracias a ellos que el mundo le da gran importancia a la propiedad industrial.
En México una patente dura 20 años y te da la exclusividad a ser el único en poder explotarla.
Si los venecianos se dieron cuenta de esa gran importancia en el siglo XII ¿Porqué, ahora en el siglo XXI, no vemos la importancia de proteger nuestras invenciones?
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