Historias de Terror, de Trademark Lovers.

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La leyenda de Don Pancho

Cuenta la leyenda que hace 20 años, Don Pancho puso un restaurante en la CDMX, donde vendía unos pollos a la leña deliciosos.

Todo gracias a la receta de su abuelita.

Comenzó a tener mucho éxito y comenzó a crecer. Pero nunca registró su marca.

Tenía tanto trabajo que no se daba abasto solo, y tuvo que contratar personal.

Del cual hubo uno en particular llamado “Juan” quién se volvió su mano derecha.

Juan siempre estuvo a su lado apoyándolo en las labores del restaurante. Juan era de total confianza para Don Pancho. Por lo que Juan llegó a conocer la receta de la abuelita.

Y él era el que supervisaba que la elaboraran de la manera correcta.

Juan sabía TODO acerca del restaurante.

Juan estuvo ahorrando durante esos 20 años, hasta que un día….

Logró junta dinero suficiente para poner su propio restaurante.

¿Y qué creen que fue lo primero que hizo Juan?

¡Registrar la marca de Don Pancho!

La misma marca que YA estaba posicionada, la misma marca que YA era famosa, que ya todo mundo reconocía, y que sabían que eran los pollos más ricos de la zona.

Juan No solo le quito la marca a Don Pancho, también la clientela, la reputación y su posicionamiento.

Don Pancho cerró su local porque él tenía ahora prohibido usar esa marca.

Fue tanta su tristeza que se terminó cambiando hasta de ciudad, donde abrió un nuevo local, con una nueva marca que ahora sí registró, pero ahora tiene que empezar de cero.

Para que no te pase lo que a Don Pancho, cuida tus secretos profesionales, y por favor registra tu marca.

Estaremos muy gustosos de poder ayudarte. Escríbenos a contacto@trademarklovers.com

4 comentarios en “Historias de Terror, de Trademark Lovers.”

  1. Que triste lo que le paso a Don Pancho. ¿Y no hay nada que se pueda hacer para recuperar la marca?, ¿algún curso legal o algo?

    • Lamentablemente no Nidia =( por eso es muy importante registrar la marca. Nosotros recomendamos siempre hacerlo antes de comenzar actividades.

    • Así es Roberto, lamentablemente aún no tenemos esa cultura de cuidar lo que hacemos. De proteger nuestra marca. Y por eso es una historia que se repite y se repite.

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